Playa Grande, Taganga.
Venir al caribe no era precisamente mi sueño, siempre he preferido las montañas, bosques y ríos. Pero ahora que estoy acá, he quedado maravillado con los colores del mar, las tibias aguas y la calidez del costeño, del caribeño que nos ha tratado muy bien.
Se
considera Caribe a los países que colindan con el mar de dicho nombre, entre
ellos está Colombia, Panamá y Venezuela, así como también Centro América hasta
México. El mar caribe es de aguas cálidas y de tonalidades verde, azul y
turquesa casi siempre cristalinas, ideales para hacer snorkel, o "careteo" como le llaman acá.
En esta zona se escucha vallenato, champeta, cumbia, salsa y una moda reciente, los narco corridos. Nos dicen que en México también están de moda, son algo así como rancheras con letras que tratan de la vida de los narcotraficantes y sus negocios. Extraña moda costeña.
Coveñas, primer acercamiento con el caribe
Nuestro
primer encuentro con el mar caribe fue en Coveñas, aguas tibias y turquesas,
ese día la playa estaba casi vacía así que la pudimos disfrutar muchísimo, llegamos
con las motos muy cerquita del mar, nos sacamos toda la ropa y pasamos una
tarde agradable antes de continuar nuestra ruta hacia Sincelejo.
No era nuestra intención detenernos tan pronto, pero Elvis se había comunicado con nosotros y nos había invitado a pasar por su casa, los viajeros usualmente se saltan este lugar y se van directo a Cartagena.
No era nuestra intención detenernos tan pronto, pero Elvis se había comunicado con nosotros y nos había invitado a pasar por su casa, los viajeros usualmente se saltan este lugar y se van directo a Cartagena.
Sincelejo
nos llenó de sorpresas y de gratos momentos. Le agradecemos a Elvis por toda su
buena honda, a los clubes que nos colaboraron y la hermosa ruta que
compartieron con nosotros. Hermandad RX Sincelejo, Team AX4 Hayate, Club Libero, Club Scooters y Club DT.
Ruteando por las playas del caribe
Una parada a descansar en Tolú, antes de Sincelejo
Por la
noche nos reunimos con ellos para contarles de nuestro viaje, las historias y
anécdotas. También programamos una ruta a Colosó, donde nos dicen que hay una atractiva cascada y es un bello lugar para visitar.
Colosó se encuntra muy cerca de Sincelejo, saliendo al sur por la
autopista llegamos a un camino destapado en buen estado, y luego viene la parte
entretenida de dejar parqueadas las motos y realizar una larga, pero hermosa
caminata entre el bosque para llegar a la cascada y los pozones. Después de un exquisito
almuerzo al aire libre, nos dispusimos a realizar la caminata.
Con toda la pandilla
Caminata con los clubes de Sincelejo en Colosó
Como Susan
venía lesionada desde Montería debido a la trombosis (si no lo sabía lea la
entrada anterior o haga click aquí), la acercaron en moto por un sendero angosto apto para
caminantes y caballos, aunque una moto ligera y angosta podía pasar sin
problemas, nuestras Falcon Rockeras habrían tenido muchas complicaciones.
Para llegar
a la cascada, debemos realizar una caminata que va en ascenso
constante entre el bosque por un sendero de tierra y barro. Las nubes nos
decían que probablemente llovería, pero nos protegían del sol y del calor abrazador en Sincelejo, permitiendo que la caminata fuese más agradable. Es bueno estar en contacto con la naturaleza otra vez.
Lugareños transportándose en burros
Al llegar a
la cascada, luego de una hora más o menos, nos desvestimos (algunos se meten
con ropa, al parecer los colombianos son más pudorosos que los chilenos) y
disfrutamos de aquel bello lugar.
A los pocos
minutos de estar jugando como niños en el agua, vino un fuerte aguacero.
Ocultamos las cosas delicadas para que no se mojaran como las cámaras y celulares,
pero nosotros ya estábamos todos mojados así que no había mucha diferencia.
Esperamos un poco a que parara la lluvia para emprender el retorno, sabiendo
que la ruta con barro estaría pesada para las motos.
El regreso
Susan lo hizo casi todo caminando, era bajada y tenía ganas de caminar otra
vez, pero Elvis, preocupado por la pierna de Susan decidió contratarle un
caballo para hacer parte del camino de regreso. Muchas gracias amigo por todo, a ti y a los clubes que nos acompañaron.
Regresamos todos sanos y salvos a Sincelejo y tuvimos una cálida y cordial despedida. Al día siguiente seguíamos ruta hacia Cartagena. Le damos las gracias también a Jorge del Club Scooters por regalarnos la impresión de las nuevas calcas.
Despidiéndonos de Elvis y su familia en Sincelejo
La Ciudad Amurallada es uno de los imperdibles en Cartagena. Construida en 1600 repelía los ataques de los invasores. Hoy está en parte reconstruida y es monumento nacional.
En playa de Cartagena celebrando con una cervecita
A Susan le
encantan los masajes, "la morena" le ofreció un masaje “de cortesía” por lo que Susan aceptó. Inmediatamente vino otra a hacerme un masaje a mi, le dije que no, pero era
muy insistente, tuve que ponerme muy serio, enojado y molesto y aun así no me soltaba la pierna, le levanté la voz casi gritándole; YO NO QUIERO UN MASAJE, algo molesta se puso en pie, pero no se retiró, seguía tratando de convencerme. A los pocos segundos se fue molesta.
Yo
sabía para donde iba eso de uno de “cortesía”, sabía que podíamos solucionar el
de Susan, pero ya con dos chicas iba a ser más difícil.
Luego de
unos 5 minutos de masaje, la morena dice, listo son 40 mil!
-Qué!.- Le
decimos nosotros. -Tu dijiste que era de cortesía y nosotros te dijimos que no
tenemos plata, no somos turistas, somos viajeros.
-Pero le
hice masaje completo.- contestó.
-Porque tu
quisiste. No tenemos plata.
-Colaboreme
con 20.- insistía.
-No tenemos.
-10
-No tenemos.
-5 para la
gaseosa.- ya algo molesta
-No
tenemos, no somos turistas, somos artesanos y te lo dijimos (se lo habíamos
dicho al inicio).
-Deme 2
mil.
Susan saca
2 mil y se los entrega. La morena
se fue claramente enojada, nosotros nos miramos y sonreímos, era una pequeña
victoria, pues al menos la morena no nos había sacado las 40 barras (como dicen
acá).
Los
alojamientos son costosos en Cartagena, buscamos en todos lados, cerca de la
playa, lejos de la playa, en la Ciudad Amurallada y en sus alrededores. Resultó
que la Ciudad Amurallada y cerca de ella son los alojamientos más costosos, por
ser demasiado turístico. Acá se ven muchos mochileros y extranjeros, pero los
precios no son para mochileros.
Recorriendo la ciudad amurallada
En cambio, cerca de los grandes hoteles al lado de la playa, los pequeños hospedajes tenían precios más “accesibles” y tenían cochera, cosa que los hospedajes cerca del centro histórico no tienen.
Lo más
difícil fue encontrar lugar con estacionamiento. Alojamos al lado del gran Hotel Holiday Inn, en el Mar y Sol. Nos cobraron 50 mil la noche (hasta ese momento todo lo que habíamos encontrado costaba 60 u 80 mil la pareja). Era una habitación pequeña pero con aire acondicionado, sin desayuno y con baño privado a una
cuadra de la playa. Es el alojamiento más costoso que hemos pagado en Colombia.
Aun así lo disfrutamos mucho y Cartagena nos encantó, la playa, la honda que hay, el ambiente, es muy grato, limpio y ordenado.
Como era
costoso, disfrutamos el día de llegada y esa noche, al siguiente día nos
levantamos temprano para ir a la Ciudad Amurallada y a la playa. El check out
es a la 1 pm, así que nos dejaba buen tiempo para recorrer antes de salir de la habitación.
Para ir a Barú tuvimos que regresar 50 kms al sur, pues pensábamos que la isla estaba al norte de Cartagena, sino habríamos pasado primero a Barú.
Dicen que
Barú es una isla, pero esta conectada al continente a través de un puente bien corto, no da la impresión de estar en una isla.
Acampando en Barú, con mesa, sillas y todo!
Pero se
comporta como tal, el acceso no es tan fácil, y hay problemas de electricidad y
de agua potable. Nos dijeron que lleváramos de todo para comer y el agua
también. Nosotros llevamos 6 litros de agua y el resto la compramos ahí mismo
en Barú, hay una tiendita cerca de “La Estrella” donde venden los 6 litros de
agua a 6 mil. Llevamos cocinilla para preparar nuestra comida y acampar.
Disfrutando de las playas en Barú
Cuando
llegamos al parqueadero de Barú, la gente nos decía que no podíamos llegar
hasta la playa con la moto, que tendríamos que dejarlas en el parqueadero. Pero
yo había hablado con nuestro amigo chileno Javier Valenzuela
(Ida y Vuelta en Moto) quien ya había ido a Barú y me había mostrado videos de
la moto en la mismísima playa.
Luego de
insistir un rato nos mostraron “la pasada secreta”, por donde bajar con las
motos, al inicio parece un sendero peatonal pero pronto se agranda. Por ahí
circulan los locales con sus motos y logramos llegar con las Falcon Rockeras
hasta la playa.
Nos
recomendaron el hospedaje Pacho Lay, que tenía habitaciones, hamacas y camping.
A 10 mil el camping por persona y 15 mil la hamaca. Para ambos
casos hay unos baúles con candado donde puedes dejar tus pertenencias,
preferimos la carpa por mayor comodidad y privacidad (podemos dormir
abrazaditos y una cosa lleva a la otra, jajaja).
Así
entonces logramos tener nuestra carpa a la orilla de la playa, y estaba la posibilidad de moverla bajo un techo por
si llovía, con luz eléctrica en la noche cuando hacen funcionar los generadores
y puedes cargar los aparatos. También hay muchos mosquitos así que es recomendable un repelente.
Tienes una ducha al día con balde. Nos dijeron que más al norte de la playa hay otros camping con agua que corre normal en llaves y duchas, pero no nos molestaba bañarnos con un balde, al final
es para sacarse la sal del día, y ahí teníamos las motos al ladito de la carpa.
Barú es la
playa que más nos ha gustado del viaje, es tranquila, hermosa y muy amplia, por eso aunque vaya mucha
gente, siempre parece que hay espacio suficiente para todos. Si comes en los restaurantes a la orilla de la playa la comida será muy cara, pero si compras cosas
en la tiendita, los precios no están tan inflados.
Luego de 3
días maravilloso en Barú nos fuimos a Barranquilla donde nos recibió Roger, muchas gracias amigo por todo. En Barranquilla necesitábamos hacer unos trámites en migración pues ya cumplimos los 3 meses en Colombia.
Pasando los días en Barranquilla con Roger y su tortuga!
Para saber cómo extender la estadía en Clombia (incluyendo la moto), click aquí!
En Santa
Marta nos recibió Yessica y su hermosa familia. El día que llegamos nos dice
que es el aniversario del club y que lo pasaran en Minca. Así que
inmediatamente y sin bajar nada nos fuimos a ese turístico pueblo ubicado muy cerquita de Santa Marta en lo que se conoce como la Sierra Nevada.
Ahí
compartimos con el club Super Sport Enduro y con los viajeros paraguayos Gerardo y Andrea quienes viajan en una Honda Transalp. Hicimos muy buena amistad con los paraguayos, y quedamos en juntarnos en su país, pues ellos ya van de regreso y llegarán mucho antes que nosotros.
Yessica nos hizo sentir muy cómodos, como en familia. Nos arió las puertas de su casa y de su corazón, sus 3 hijas son un amor, nos encariñamos mucho con ellas. Nicole, Verónica y Dayanna. También con Alfonso, el mono. Muchas gracias amigos por todo, los recordamos con mucho cariño.
Aniversario del club Super Sport Enduro en Minca
Todos nos habían dicho que fuéramos a Taganga, pero la verdad no nos pareció tan espectacular, quizás porque había estado lloviendo y los colores no eran los mismos. Así que decidimos ir nuevamente un día soleado. Sí estaba más bonito, pero no tanto. Taganga es una playa de pescadores que se ha vuelto turística. Más allá de Taganga está la playa Grande, está sí es un poco más atractiva, pero sin dudas nos gustó más Barú.
El primer día que fuimos a Taganga nos guió Camila, una chica transgenero que es piloto en el club, nos cuenta muy orgullosa que es la única
transgénero que ha sido recibida por un moto club en Colombia. Ella es una
gran persona, muy interesante de conocer. Hicimos muy buena amistad con ella, tiene un puesto donde repara celulares en el mercado, la visitamos varias veces para conversar con ella. Nos contó su historia de
vida y como ha sido discriminada en el mundo de las motos. Un mundo machista en
el que Susan también ha sido discriminada. Pero el Club Super Sport Enduro la acogió con los brazos
abiertos, donde la respetan y es una más con total normalidad, tal como debería ser, pero mucha gente no lo entiende.
Camila guiándonos hacia Taganga
Caminata con Andrea y Gerardo, los paraguayos en la ruta
Caminata hacia la playa Grande en Taganga
Taganga
Uno de los lugares que sí queríamos conocer era el Parque Tayrona. Pero haremos una entrada aparte para contar nuestra experiencia ya que hay mucho que decir. Así que no se pierdan el próximo relato.
Susan se
volvió a revisar en el médico y llevamos a mi Falcon Rockera a la Honda por un
problema de encendido que tenía. Ahí la revisaron y la repararon, había quedado
con las válvulas muy cerradas desde que me la arreglaron en Montería.
Nuevamente Honda no me cobró por este servicio, entendiendo un poco que estaba
en garantía y gracias a la intervención de Santiago Avalo de Cali quien nos
apoyó nuevamente frente al concesionario de Honda, que obviamente no tiene nada que ver con el de Montería, aun así nos trataron muy bien.
Nuestra próxima parada es la Guajira que comienza en Palonimo
donde nos está esperando Johan…
Agradecemos
a todos los que nos han apoyado en nuestra travesía, nuevamente a Honda
Colombia por el apoyo. A Liqui Moly, Mx Metzeler Chile, Honda Adventure, Año 1, Bujías Brisk Chile, Trail on Fire, Loretta Motos Chile, Indo Trail, MotoCenter, ProCircuit, Relieve y Moto-K
A los clubes de Sincelejo y a Elvis, Roger de
Barranquilla, Super Sport Enduro Santa marta, a Yessica y su familia; el mono, la Vero, Nicol y Dayana. A todos los que se han involucrado con nuestro
sueño de Motografiar Sudamérica. Y a ustedes que siguen nuestros relatos.
El viaje
continua…